Boreks turcos de atún, huevo y tomate.

 En primer lugar, gracias por vuestros comentarios ya que nos anima a seguir publicando cosillas nuevas y a seguir probando en la cocina. Hemos tenido algunos problemillas técnicos con los ordenadores, así que sentimos no haber respondido antes a vuestros comentarios. En cuanto a mí, siento la tardanza en volver por aquí, pero he tenido mucho lío entre manos, que me han impedido colgar recetas o cosas nuevas. De nuevo, miles de gracias y espero que las cosillas que vamos poniendo os sirvan y gusten.

La receta de hoy es una receta normal y corriente sin adaptaciones de ningún tipo. La hice en una ocasión que compré pasta filo para hacer repostería y platos con esta masa, y el resultado fue maravilloso. La pasta filo la compré en el Corte Inglés, que fue donde la encontré (hace ya algunos años), antes de que me diagnosticaran las intolerancias alimentarias, y en casa podíamos comer más estos pequeños "caprichos". Pero como me parece una receta interesante, deliciosa y sorprendente en su sabor, quiero compartirla con vosotros. La saqué de un libro de mi madre, Rosa.S , que se llama "Para Hoy Cocina Mediterránea" de la editorial Parragon Books Ltd. Pues bien, para tres personas hice la siguiente cantidad:

Ingredientes (para tres personas)
- 10 láminas de pasta filo.
- Mantequilla o margarina (para untar).
- Aceite para freir.
Y para el relleno:
- 1 - 2 huevos duros.
- 2 - 3 tomates medianitos.
- 2 latillas de atún en aceite de oliva.
- Sal y pimienta.

Después de cocer los huevos y dejarlos enfriar, se pelan y pican en trozos menudos, mezclando en un bol con atún desmenuzado y el tomate también picado, mezclando intentando que no se deshaga demasiado. Salpimentar (en la receta original, añade además, una una cucharadita de eneldo y una pizca de cayena, pero yo no tenía a mano y no se lo agregué) y reservar.

Extender una hoja o lámina de pasta filo sobre la encimera de trabajo, enharinada previamente. Mientras tanto, las hojas restantes que estarán ya descongeladas, hay que reservarlas cubiertas con un paño húmedo. Doblar la lámina de pasta filo a la mitad, untar de margarina incluyendo todos los bordes y poner el relleno en uno de los extremos. Enrollar primero los bordes superior e inferior (para que no se salga el relleno) y dar vueltas hasta enrollar haciendo un tubito, apretando conforme se enrolla para encerrar bien los ingredientes. Sellar al final de nuevo con margarina y seguir con el resto de las hojas o láminas.

Una vez formados los boreks, calentamos el aceite en una sartén y cuando esté bien caliente, vamos metiendo los boreks con mucho cuidado y con espacio holgado para ir dándoles la vuelta. Una vez que estén bien dorados, sacar y poner en un plato con papel de cocina, para escurrir así el sobrante de aceite.

Una vez finalizado, tomar calientes y acompañado de una ensalada verde con gajos de limón. Os puedo asegurar que fue un éxito asombroso en casa.

Consejo: Las hojas de pasta filo que he encontrado traen multitud de láminas enrolladas y congeladas. Por tanto, cuando queráis hacer esta receta, mirad previamente si tenéis tiempo (no por ésta en sí, que no requiere mucho), ya que cuando descongeléis las láminas, tenéis que ponerlas en una bandeja con un trapo húmedo y en el frigorífico. Os sobrarán muchas láminas, por lo que estaréis varios días cocinando con esta pasta (o invitad a mucha gente y haced una buena comilona, jeje). Yo estuve tres días haciendo platos con pasta filo y sobraba comida, por eso digo que tengáis tiempo. Otro consejo es que es mejor prepararlo en cualquier estación que no sea verano, os explico por qué. La pasta filo es extremadamente débil y conforme se sacan las láminas una a una para trabajarla, hay que untarlas rápidamente con mantequilla o margarina para que no se rompan, ya que parecen hojas de folio que con el aire se resecan y parten.

Parece muy complicado, pero una vez que se le pilla el truco es sencillísimo, os aconsejo a probar recetas con pasta filo. Así que... ¡buen provecho!